La decisión de ampliar la EDAR de Guardiola de Berguedà, que entró en funcionamiento el año 1997, se debió a que una parte de las aguas residuales afluentes al pretratamiento no podían ser tratadas en el tratamiento biológico por superar la capacidad del mismo. Este hecho provocaba que el efluente de la planta no alcanzara los objectivos de eliminación de contaminación deseados, de manera que resultaba necesaria la adecuación de las instalaciones para conseguir el tractamiento completo de la totalidad de caudales y cargas afluentes a la planta. En las obras de ampliación únicamente se realiza una duplicación del tratamiento biológico, pasando de tener una capacidad de 950 m3/día a 1.900 m3/día. Para poder unir el funcionamiento de las instalaciones de ampliación con las instalaciones existentes, se remodelaron las arquetas existentes de reparto y by-pass, así como la de salida de agua y medida de caudal. El pretratamiento de la EDAR existente es suficiente y no se realiza ninguna ampliación.